jueves, 16 de abril de 2009

bonito, ¿pero y que más?







El trabajo que realizo Stive Winter para la Natgeo sobre el leopardo de las nieves en la zona de Ladakh en los Himalayas indios, fue el ganador del World Press Photo 2008 en la sección historias de la categoría naturaleza.
Ocho de las doce fotografías son protagonizadas por un leopardo de las nieves, el resto hace referencia al viaje, o a los campesinos y monjes budistas con los que el felino comparte el montañoso hábitat. En la mitad de fotos el animal mira fijamente la cámara y por lo tanto pareciera que te mira atentamente cuando lo observas, en las otras te ignora con gatuna elegancia. La técnica fotográfica es sencillamente impecable y exquisita digna del certamen y el medio en el que fueron publicadas, pero no son dignas de un primer lugar, ni de un segundo, el tercer lugar sería muy merecido debido a la
impactante belleza de las imágenes, las fotos son tan bonitas que parecen de estudio o ilustradas por computadora, están tan bien hechas que no habría diferencia si en lugar del leopardo estuviera el perro de la vuelta, no se perdería ni hermosura ni espectacularidad.
Por eso me parece curioso que en la categoría “Nature” que podría ser traducida como natural o naturaleza, se haga tan presente el hiperrealismo y veamos al leopardo alejarse por un camino lleno de plantas más verde que el verde, cornado por fulgurantes flores rosadas y un cielo azul eléctrico. No habría ningún problema en usar esa foto como publicidad para perfumes, sólo falta una botella en la esquina y la leyenda saca el animal que llevas dentro.
En el resto de las categorías las fotografías destacan por lo que comunican, por lo que transiten y evocan, no se quedan el la calidad del trabajo, no son sólo belleza, en el resto de las categorías se muestran a los humanos haciendo cosas que sólo hacen los humanos, como política, deportes o guerras, a lo mejor sólo viviendo humanamente sus vidas de humanos, lo justo y necesario para que conmuevan al espectador. En la misma categoría que esta galería, se ven imágenes que dimensionan la fuerza del planeta, tornados o las llamas y rayos que provocó el volcán Chaiten, el paso del tiempo, los ciclos de vida y muerte o diseños que sólo pudo crear la naturaleza, en las otras fotos se captura a la naturaleza como testigo. En cambio el leopardo no demuestra nada esencialmente leopardesco, ninguna acción que lo defina en alguna dimensión, la única foto en la que se hace algo más que caminar o mirar es una en que se frota contra unas rocas, puede ser para marcar territorio o para aliviar una picazón. Aparte de esa sólo posa se le a privado al leopardo de ser leopardo y se convierte en un modelo que sin saberlo posa como para ser portada en una revista de modas.